Diego Lara no fue un pionero del diseño gráfico español en sentido estricto aunque sí se le puede atribuir este calificativo por muchas razones. De una generación posterior a los grafistas que aparecen normalmente en este blog, Lara (Madrid, 1946-1990) desplegó en su corta pero espléndida carrera profesional un repertorio de recursos y buenos trabajos en diferentes ámbitos que, a día de hoy, siguen maravillando a todo el que los conoce: diseño editorial, diversas marcas de identidad para proyectos culturales y una producción artística materializada en sus excepcionales collages.
Aunque solo fuera por la colección de regalos gráficos que constituye la primera serie de la revista “Poesía”, Diego Lara puede considerarse entre lo mejor que el diseño gráfico español aportó a lo largo del siglo XX. La revista “Buades” –con su atractiva recuperación del “Tipo Veloz” de Trochut (ver entrada) en su cabecera–, la gráfica de las primeras ediciones de “ARCO” o de la Fundación Juan March son ejemplos del refinamiento y la delicadeza a la hora de emplear referencias culturales en su estilo de trabajo.
El lapso temporal que abarca este blog nos obliga a publicar en esta entrega únicamente ejemplos de algunas de sus portadas para la revista “Trece de nieve” (1973-1974) –dirigida por Gonzalo Armero y Mario Hernández– y para las editoriales “Fundamentos” (1970-1976), “Siglo XXI” (1971-1974), “La Fontana Literaria” (1972-1973) y “Nostromo” (1973-1979); éstas dos últimas fundadas por él junto con el también diseñador Mauricio D’Ors.
En un cuaderno de notas que mantuvo durante los años 1974 y 1975, el diseñador escribió unos apuntes que desvelan su mundo particular y el mimo con el que trabajaba sus ideas: “Hacer pruebas de fotomecánica. Las caras B.G. Reproducción en blanco y negro para colorear después. Párpados en relieve con polvos de mármol. Tintas fosforescentes de imprenta sobre lienzo en relieve con polvos de mármol. Primero rayar y siluetar superficie. Segundo marcar el volumen”.
Diego Lara fue para todos los diseñadores de mi generación alguien a quien emular.
10 comentarios
mariu
15/02/2013
Muchas gracias, una maravilla!!!
José Luis de Nó
15/02/2013
Gracias Emilio por vuestra altruista labor. Recordar a los grandes y entender porqué lo han sido.
Margarita
15/02/2013
Diego Lara fue uno de los grandes. Pero yo siempre le tendré asociado a María cuya inteligencia y sensibilidad eran equiparables a las de Diego.
Luis Gil
15/02/2013
Vi la exposición de la Casa Encendida y me pareció muy buena, efectivamente fué uno de los grandes de diseño español,
Emilio Gil
18/02/2013
Me alegra coincidir con los comentarios a este post dedicado a alguno de los trabajos que Diego Lara realizó en el campo editorial. Al repasar el catálogo de la exposición a la que se refiere Luis Gil en el comentario último me he encontrado con un texto del diseñador que me ha interesado especialmente. Dice: “tiene cierta gracia porque convendrás conmigo en que estas identidades gráficas que hacen leal y precisa referencia al trabajo que se desempeña, son detestables. Seguro que precisamente lo maravilloso sería, no realizar un determinado trabajo, sino muchos o ninguno. Convertirse en un profesional es morir. ¿Quién sabe si yo no la palmé hace algún tiempo?”
¿Se refería, Diego Lara, a crear identidades con capacidad de variación sobre un mismo punto de arranque? ¿Son estas palabras la explicación del “Be a Comercial Artist” que, con toda probabilidad, utilizaba recurrentemente de un modo irónico?
Nacho Alcázar
05/03/2013
!!!!!!!!!!!! FANTÁSTICO !!!!!!!!!!!!!!!
Javier de Juan
24/05/2013
Diego Lara, su recuerdo, el recuerdo de su obra, es, sigue siendo, un soplo de aire fresco directamente en los ojos. Aire que limpia y estimula nuestra forma de ver y de entender este mundo tan saturado de imágenes mediocres y casi mudas, que quieren hablar y no dicen nada.
Emilio, este blog dedicado a pioneros, más que del pasado está hablando de futuro. Vemos que ha habido gente capaz de transformar nuestro mundo en cada momento, creando belleza, marcando tendencias, remozando su propio presente, y el de todos.
Nuestro presente está diluido. En un país como este, en esta ciudad donde hay tanto talento, el desprecio fruto de la ignorancia por el diseño gráfico es monstruoso. Solo hay que ver los logotipos institucionales del Ayuntamiento, el de las dos morcillas, y el de las Olimpiadas, que es como de pais en desarrollo con ínfulas.
Este blog tuyo en infinitamente más moderno. Hay que dar unos pasos atrás y volver a empezar.
Albert Culleré
20/02/2014
Después de volver a mirar los primeros trabajos de Alberto Corazón, ahora creo saber mejor por qué nos fascina Diego Lara, que considero continuador o alma gemela del primero. A pesar de que sus composiciones estaban calculadas al milímetro, daban una inicial impresión de desasimiento, una apariencia de haber sido hechas sin esfuerzo y como de paso, hechas por un desganado e irónico “comercial artist”. Sus objetos gráficos dan la sensación de que no están acabados del todo, y al mismo tiempo que no les falta ni les sobra una línea. En mi opinión su trabajo de diseño gráfico es superior a sus piezas libres que, en cambio, le dieron pie para fraguar sus grafismos aplicados y su manera de hacer, con la pose de un amateur solvente para ocultar con pudor su sofisticación. Otro elemento fundamental es el uso directo o insinuado de la gráfica vernácula, recordándonos que la sombra del pop es alargada. Diego se mantuvo fiel en su imaginario estético a las miniaturas de papel recortado, al gusto por las cenefas de pared de cocina, a los arabescos de las baldosas, a las etiquetas de tocador, a los sellos desenterrados del buzón, al couché de los cromos, y a los tebeos y revistas que hojeaba mientras convalecía de anginas o escarlatina, subyugado para siempre por las tizas de colores, y por la fuerza de los signos de las palabras que acompañaban a los dibujos y fotos en colores de fantasía que veía publicados. Como a todos nosotros, por eso nos hechiza su obra.
Ángel Luis Castro Gil
29/07/2015
El Mejor del Mundo otras Galaxias incluidas.
Juan Carlos Gauli
07/12/2022
A mi Diego Lara me atrapó a través de la Revista Poesía, una joya que una vez descubierta no pude dejar de intentar recolectar allá donde estuviese. Cada número es una pieza magistral y un ejemplo para cualquier joven diseñador. Hoy, muchos años después de ese primer descubrimiento tengo una colección casi completa. Ordenando mi biblioteca he descubierto otras obras sorprendentes tanto por su diseño como por su contenido, como Trece de nieve, y su excelente número de poesía americana, las portadas que realizó para Fundamentos o la revista Buades, un ejemplo de como se puede realizar un producto atemporal con una sola tinta.