Juan Poza Tártalo dice de sí mismo que de la colaboración con Federico Ribas y de su admiración por las obras de Rafael de Penagos y Bartolozzi surgió su interés por el cartel.
En los años en que el cartel era la pieza estrella dentro de la comunicación visual, Poza llegó a realizar más de trescientos de los cuales muchos de ellos fueron premiados en los concurridos «concursos de carteles» de la época. Propuestas para Perfumería Gal, el Festival de Cine de San Sebastián, Nestlé o el Círculo de Bellas Artes de Madrid fueron algunos de sus trabajos galardonados.
Juan Poza fue uno de los miembros fundadores del Grupo 13. Este colectivo de artistas desarrolló su actividad en un momento en que España comenzaba a producir una actividad masiva de mensajes de comunicación y puede considerarse como el inicio de una inquietud primero, que luego se consolidaría como profesión.
El Grupo 13 fue quien por primera vez en España (1961) se constituye como una agrupación de diseñadores gráficos y quien por primera vez «saca a la calle» (literalmente a la calle Alcalá de Madrid entre la plaza de Cibeles y el Círculo de Bellas Artes) una serie de vallas publicitarias que ayudaron a descubrir al ciudadano esta actividad profesional de una forma nueva.
En el texto de entrada del dossier aparecido en la Revista «Control» (núm. 20; mayo 1964) sobre el Grupo 13 (ver post anterior), García Viñolas se refería al cartel en unos términos que perfectamente se pueden aplicar a los trabajos de Juan Poza Tártalo: «El cartel es una síntesis, un aspaviento concentrado. Se trata de ensartar en un solo gesto todo un concepto, toda una provincia, todo un ser…; se trata de darle permanencia a lo que salta, como una chispa efímera, de una fisonomía y que resulta ser su esencia, su personalidad».
3 comentarios
Yanlui
27/01/2017
Sí, en los carteles de Poza está resuelto, con acierto y sencillez, el reto que se plantea, según creo, todo cartelista que trabaja, claro es, por encargo: transmitir eficazmente un concepto (recomendación, advertencia, significado, emoción…) que le interesa publicitar a quien encarga el cartel sin una idea clara de lo que quiere transmitir, y que sólo la concreta cuando felizmente acepta la obra acabada que el cartelista le ofrece, después de establecer el “concepto” que finalmente se desea transmitir, representándolo gráficamente “en un solo gesto”. Sí, Poza es un maestro en la elección del contenido del cartel y en la resolución gráfica de su pretensión significativa, pero lo es también como artista gráfico, estrictamente hablando. Es un artista, en fin, con personalidad propia, como lo son, con calidad variada, pero siempre estimable, todos los grafistas que Emilio Gil nos viene descubriendo desde hace años a los profanos. Cuando, en la mayoría de los casos, aún no existía la imagen de la marca o su presencia no era prescriptiva, el cartelista se sentía libre para dotar de unidad de estilo a su obra, integrando el imprescindible texto en el estilo gráfico de las imágenes, casi como si fuera una imagen más. Poza hace uso magistral de esa libertad y se constituye en un artista más de la todavía ignorada pléyade de artistas españoles del diseño gráfico, dotados cada uno de ellos de una personalísima peculiaridad artística, que en nada desmerece, en su campo propio, de la que ostentaron y ostentan nuestros grandes pintores universales
Albert Culleré
14/02/2017
Una característica común en la gráfica comercial europea de los años que van de los 50 a finales de los 60 del siglo pasado, era ese talante de bonhomía que hacía que los anuncios y carteles utilizaran metáforas basadas en el humor, gags visuales sencillos, simpáticos y efectivos. En Francia y Suiza crearon escuela los trabajos de Savignac y Herbert Leupin.
De alguna u otra manera, tanto los grafistas fundadores del FAD como los del Grupo 13 (como fue el caso de Juan Poza) compartieron esta visión positiva que a los ojos actuales podría parecer ingenua. Tal era el panorama optimista y con ganas de afrontar el futuro después de décadas anteriores tan conflictivas.
Por eso es siempre un placer contemplar esos carteles llenos de gracia y tan finamente ejecutados.
Nacho Alcázar
22/02/2017
!Divertidísimo!