En este blog ya se han presentado anteriormente diseños para cubiertas de discos realizadas por pioneros como las que Daniel Gil produjera para Hispavox en su etapa previa a Alianza Editorial (ver post anterior).
El formato disco de vinilo long play, por sus dimensiones (31×31 centímetros), y por su amplia difusión, constituía un «lienzo» idóneo para que el diseñador volcara lo mejor de su creatividad. A lo largo del siglo XX hay magníficos ejemplos de este género gráfico como es el caso del mítico sello de jazz «Blue Note», Capitol, Verve o CBS en las década de los 50, 60 y 70.
Las colaboraciones entre músicos, fotógrafos, diseñadores o artistas plásticos fueron una constante desde que el soporte en vinilo para la música se acompañó de una funda que mostraba los contenidos de la forma más atractiva posible. Andy Warhol, Richard Hamilton o Peter Blake son solo algunos ejemplos.
Lo que se ha venido en llamar tardofranquismo y la transición tuvieron, de alguna manera, una serie de rasgos en la gráfica que identificaron esa época buscando transmitir un espíritu reivindicativo y de protesta. Una utilización profusa de la tipografía «Bernhard Antique», fotografías «quemadas», tramados excesivamente exagerados servían para crear una atmósfera en lo gráfico anti-burguesa, pretendidamente desmañada. Igualmente en esos años en España la colaboración entre músicos, diseñadores y fotógrafos constituyó un fenómeno nuevo que produjo resultados como los mostrados en este post.
En esta línea destacan especialmente las cubiertas diseñadas para la discográfica EDIGSA fundada en 1961 con el objetivo de editar discos en catalán a partir de un colectivo auto denominado «Els Setze Jutges».
Las cubiertas reproducidas en este post abarcan desde 1972 hasta 1986 y recogen trabajos discográficos de otros puntos de España. Desde Joan Miró colaborando con María del Mar Bonet, Salvador Dalí ilustrando «La canción del jinete» de Paco Ibáñez o Juan Genovés realizando la cubierta para el álbum «Silencio» de Adolfo Celdrán, junto con los trabajos de diseño a cargo de Taula de Disseny o Juan Gatti, esta galería de imágenes muestra lo interesante de esta formula de colaboración entre lo musical y lo plástico.
En el libreto que acompañaba al disco «Dies i hores de la Nova Cançó» se recoge una frase que podría resumir lo que hubo detrás de este interesante fenómeno cultural: «Una portada ha de ser como una frase corta, convincente, atractiva».
1 comentario
Albert Culleré
14/02/2019
Estas portadas nos llegaban como diamantes, porque juntaban las reivindicaciones de cada álbum con su correspondiente reivindicación gráfica. Fue un fenómeno que lo vivimos intensamente. Los discos de Edigsa y Concèntric además nos reivindicaban doblemente al hacerlo en catalán. La mayoría con diseños sofisticados, algunos a la manera de los cantautores franceses, y poco después ya mucho más pop, imaginativos y desenfadados.