Al poner el foco en Joaquín Pertierra, un personaje tan misterioso, descubrí el legado de un grafista inquieto, fiel a su época, pero proyectado hacia el futuro y cuyo trabajo provocaba más sombras a medida que yo las desvelaba.
Ilustrador de carrera esquiva e intermitente, desarrolló su trabajo en infinidad de pequeñas editoriales extranjeras, muchas de las cuales compartían con él la afición a la independencia y la inestabilidad. La mayoría de ellas han desaparecido sin dejar rastro, dejando las imágenes de Joaquín como único testimonio de su existencia.
Conociendo los complejos acontecimientos de la vida de Joaquín narrados en El silencio se mueve, escrita por Fernando Marías en el año 2010, no puedo por menos que estremecerme ante la angustiosa cubierta de La Metamorfosis, sonreír al percibir la sutil ironía que supone para un ilustrador dibujar una mano definida como La bestia con cinco dedos y apenas intuir lo que que debió sentir al ilustrar Prisioneros de Zenda o Fallen Angel. Todas comparten una evidente angustia compositiva, un alarido cromático y un dibujo cincelado con el negro. Bajo ellas parece latir una intención que susurra un mensaje. Aunque puede que no sea solamente un mensaje, sino mas bien una confesión.
Y es sorprendente observar cómo este ilustrador, que escogió el exilio gráfico trabajando para un buen número de editoriales extranjeras, consiguió definir un tono y un discurso dentro de los estrechos límites que proporciona una obra realizada casi totalmente de encargo.
Toda esta búsqueda ha suscitado una mirada hacia mí mismo como ilustrador, a preguntarme qué significa el estilo, qué es lo que lo conforma para que sea reconocible bajo diferentes maneras y cómo se convierte en una especie de cárcel que uno mismo se construye a lo largo de los años. Pertierra para mí es esa puerta con tiza que los presos pintan en la pared de la celda y que atraviesan en sueños.
A día de hoy sigo desentrañando el misterio que se esconde tras este ilustrador y cuyos descubrimientos siguen alimentando el blog El Enigma Pertierra. Ahí podéis encontrar portadas de discos, de revistas, ilustraciones inéditas y algunos documentos sorprendentes. Todo ello reflejo de una época en la cual el anonimato, además de un refugio para muchos ilustradores, era la palpable consecuencia del desinterés que provocaba en toda la sociedad esa ocupación fantasmal, ejercida durante aquellos años con profesionalidad y rigor por un puñado de admirables espectros.
Por Javier Olivares
11 comentarios
Albert Culleré
12/04/2015
Muchas gracias Emilio por hacernos conocer estas portadas de Joaquín Pertierra que yo desconocía por completo, y felicitar a Javier Olivares por su magnífico texto.
Lo que más me ha llamado la atención de los personajes de las ilustraciones es el protagonismo que adquieren las manos en su mayoría. Venía a decir Anaxágoras que la mente anidaba en las manos, y aquí estamos seguros que son ellas las que nos hablan. Porque si nos fijamos bien, los rostros adquieren en cada obra un similar estereotipo de autor, amenazantes y al mismo tiempo hieráticos. Algunos semblantes podrían estar en sustitución de otros, pero en ningún caso las manos. Veamos si no, como en “La Metamorfosis” ésta empieza por ahí, convertidas ya en patas con uña.
Las zarpas de “La Ville Vampire” y “La bestia con cinco dedos”, el revólver empuñado de “El prisionero de Zenda”, “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? y “Crónicas Marcianas”, el Love y Hate de “La Noche del Cazador”, el descomunal tamaño de las manos de Frankenstein y El Golem, la meticulosa presión en la pipa de Maigret, los brazos-manos-alas de “El Ángel caído”, las garras de “El Vampiro”, las manos del todo ocultas arraigando el mal como en “Cumbres Borrascosas”, o cortadas de cuajo, inertes para cualquier deshonor, en la portada de “Los dos parientes nobles”.
Los espectros de Pertierra anidaban en la destreza y la mente de sus manos.
Emilio Gil
22/04/2015
Javier, he recibido una llamada de Andrés, el hijo mayor de Joaquín Pertierra, en la que además de agradecerte la excelente labor de difusión de la obra de su padre que estás haciendo, me pide que te haga saber que en el testamento, Pertierra te ha legado toda su biblioteca y su archivo de referencias gráficas. Deberías de ponerte en contacto con él cuanto antes.
Javier Olivares
23/04/2015
Gracias por tus acertados comentarios, Albert. Las manos son claves para Pertierra, si. Y manos que muchas veces tapan rostros o amenazan a alguien. Me atrevería a decir que nada en la lbra de Joaquin es producto del azar, o de los caprichos estéticos. Mas bien parece un elaborado y meticuloso mapa del simbolismo gráfico, donde nada es inocente, todo significa y las formas ocultan y revelan a la vez.
Javier Olivares
23/04/2015
Gracias a ti tambien por el mensaje, Emilio. Ya tenia acceso a bastante del material de Joaquin, pero esta notica me llena de alegria y preveo una buena cantidad de nuevos descubrimientos para mi blog.
EMILIO GIL
23/04/2015
En ese caso Javier habrá que plantear una segunda entrega para este “Pioneros Gráficos”. Gracias de nuevo por tu estupendo post
Albert Culleré
04/05/2015
Gracias Javier, me alegra que te hayan gustado mis aportaciones. Ciertamente es un misterio que nos tiene muy intrigados; para todos los seguidores de este blog será un placer tener la oportunidad de saber más de la desconocida obra de Pertierra.
Félix Maoocho
04/05/2015
He llegado aqui por recomendación de José Antonio Millán, pero el mérito de que me hayas enganchado es tuyo Emilio Gil y de Javier Olivares el me cautivo con la obra de pertierra y tu con los siguientes post que he estado viendo. Por hoy no veo más pero es seguro que volveré a ver más
Javier Olivares
30/07/2015
Gracias, Félix.
Nacho Alcázar
10/06/2015
!Brutal!
Víctor Aguilar Rúa
22/05/2020
Soy ilustrador del diario El Comercio, de Perú. Admiro la obra de Javier Olivares y gracias a él, descubrí a Pertierra. Me fascinan los colores, la composición de sus ilustraciones y la manera en la que sintetizaba las formas. Javier, eres un grande!!
Saludos!
Víctor Aguilar Rúa
Lima-Perú
Javier Olivares
20/09/2020
¡Gracias, Víctor! De las cosas que más orgulloso me siento es de haber alumbrado a Pertierra.