“Garbayo, el grafismo valiente” es el título de un libro-homenaje que los hijos de Fermín Garbayo han elaborado con mimo y acierto recogiendo la estupenda trayectoria de uno de los grandes nombres del grafismo español, volumen del que están entresacadas las imágenes que se recogen en este post.

Como afirmaba Pepe Cruz Novillo en el obituario escrito en el diario “El País” en 1992: “Fermín ha sido uno de los cartelistas de más talento de nuestra generación, un ilustrador de estilo poderoso, un creativo publicitario excelente, y aunque oculto por su humilde y poco agresivo talante, un pintor cuya obra, casi desconocida, bien se merece una urgente revisión. Maestro de diseñadores, creó uno de los estudios por el que han pasado y recibido su influencia gran cantidad de jóvenes colegas”.

La serie de carteles que Garbayo realizó en la década de los 60 del pasado siglo para la Gran Corrida de la Beneficencia son un recorrido por los temas clásicos del género pero tratados de una forma personal, con unos recursos gráficos que elevaban de categoría el resultado hasta convertirlos en piezas artísticas. Toro, torero, cuadrilla, redondel, capote, suertes… modernizados, estilizados, llevados al terreno expresionista en algunas ocasiones o al grafismo lineal de corte contemporáneo en otras. Como afirma Raquel Pelta en uno de los textos del libro sobre Garbayo: “dominaba la técnica pero, además, tenía la soltura y la fuerza que, según las convenciones al uso, debía tener un cartel de toros”.

Toros y toreros que se convierten en “criaturas de papel” como le gustaba llamar a los personajes de sus carteles.