Erwin Bechtold llegó a Barcelona en 1950, aunque como Ricard Giralt Miracle escribió en 1993, más que llegar a Barcelona desembarcó en Filograf (ver posts anteriores), el taller de artes gráficas donde el pionero imprimía sus trabajos y los de sus clientes. Bechtold y Giralt Miracle coincidían ambos en una trayectoria ligada al mundo de la impresión y la tipografía, y también los dos compartieron importantes aportaciones a la normalización de la gráfica española como afirmó Joan Perucho.
Erwin Bechtold fue un ejemplo de creador multifacético que desarrolló trabajos en pintura, arquitectura, interiorismo y diseño gráfico con un gran rigor en cada uno de esos campos. El diseño que realizó en 1972 para la revista “Destino” es su trabajo más difundido y en el que aportó unos criterios tipográficos de gran solidez empezando por la propia cabecera de la publicación. Su conocimiento de las técnicas de artes gráficas fueron decisivas a la hora de desarrollar este trabajo y el del resto de sus diseños en el ámbito editorial. Las líneas gráficas que creó para la colección “Áncora y Delfín” o “destinolibro” de Ediciones Destino, son otros de sus diseños más conocidos y que junto con el Libro de Bolsillo de Daniel Gil para Alianza Editorial, han acompañado a generaciones de lectores españoles a lo largo varias décadas.
Experimentador en muchos campos distintos en su faceta de pintor hay una que, por encima de las demás, me interesa personalmente por afinidad a la hora de utilizarla como una herramienta expresiva: el collage. Friedrich Bayl escribió en 1967 con ocasión de unos trabajos de Bechtold que, “la discontinuidad de las secuencias y la simultaneidad de lo desligado se introducen en el collage como abreviatura, símbolo, ‘señal’, documentos o hechos de un tiempo vivido. Con ello, la creación artística ha adquirido una nueva dimensión, tanto interna como externa, además de una libertad en cuanto a temas y medios”, y que junto a la reflexión que Josep Lluis Sert hizo también acerca de su trabajo de que “la geometría, cuidadosamente medida, acentúa los elementos espontáneos e incontrolados” convirtiéndose en “una puerta abierta para nuevas experiencias en la coordinación de las artes”, son aportaciones de Erwin Bechtold al repertorio de posibilidades que un diseñador gráfico debe manejar en el día a día de su labor profesional.
3 comentarios
Silvana Navarro Hoyos
04/09/2015
Excelente entrada compartiendo información y un poco de historia.
EMILIO GIL
07/09/2015
Gracias Silvana. Si tienes interés en el trabajo de Erwin Bechtold te recomiendo el libro que “Wienand Verlag” y “Ediciones Destino” publicaron en 1993, a cargo de Heiner Stachelhaus y Daniel Giralt-Miracle.
Un cordial saludo
Albert Culleré
19/09/2015
Supe de Bechtold como pintor y diseñador de interiores antes que como grafista. Las portadas de los libros de la editorial “Destino” que diseñó durante muchos años (varias de ellas reproducidas en esta entrada), no llevaban crédito alguno sobre su autoría. A mí me fascinaban, pero no supe hasta mucho más tarde quién las hacía. Lo mismo en relación al diseño de la revista semanal DESTINO donde se hace evidente su primera profesión de tipógrafo. Esas portadas de intensos colores planos no se parecían en nada a cualquier otra colección. Y eran públicamente del todo anónimas.
Sus grafismos sencillos pero llenos de ímpetu se asimilan muy bien con su obra pictórica afianzada cuando formó parte del Grupo SYN, donde contraponían rigor con espontaneidad, espacio vacío con espacio significado, materia con ausencia de ella, creando así unas tensiones visuales de gran interés entre la geometría y la forma liberada. Gesto, espacio y estructura con intención holística que luego aplicaba a sus diseño.